It’s Not About You...It’s About the Other

By Most Rev. James A. Tamayo, Bishop of the Diocese of Laredo

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For half a year now, we have all been forced to battle the Coronavirus pandemic. Life, as we knew it, has undoubtedly been turned upside down. We have all been negatively affected – some of us more than others. The death toll across our communities throughout the Diocese of Laredo remains high. In the midst of the turmoil, there are still some individuals who are taking the pandemic lightly and not abiding by the precautionary measures set forth by the Centers for Disease Control and Prevention (CDC) and city officials.

There are some people who say, “I am strong. I’m not going to get COVID.” Others think, “Even if I get COVID, I will recover.” If this is your way of thought, I invite you to take a step back and see – don’t just look at, but really see – the people with whom you come into contact. It’s not about you…it’s about the Other. Do you have family members who are older or friends with underlying health conditions? Your friends and coworkers may be young and healthy; but if you unknowingly infect them, do you know if their family members are just as “strong”?

Choosing to wear a mask has nothing to do with how strong YOU are. It is about loving those around you enough to protect them – from your grandparents and older family members to your friends and coworkers. We are called to act out of love for others, and these times in which we are living is no different. God urges us “As I have loved you, so you also should love one another.” (John 13:34) We can show our love for others by acting with prudence and heeding the warnings provided by health and city officials.

Over the past few months, we have become keenly aware of the realization that God created each of us to be a responsible member in society. If we want to return to a more “normal” social way of living in the near future, we must evaluate whether our present way of life is going to help us achieve that goal or not. Are your actions today helping or hurting those around you? Are you driven by love for others during this time of the pandemic? It’s not about you…it’s about the Other.

Our doctors, nurses and other healthcare professionals are working tirelessly to treat those who are sick. They are reportedly exhausted – not so much because of the little to no time off they have – but much more so because it is emotionally draining to lose patients to a disease that has no known cure. Many people have lost loved ones far too early and suddenly; and they are still in shock and disbelief that they didn’t even have a chance to say goodbye.

Put all politics aside, and see the pain and the suffering that is plaguing our communities. Commit today to take the right steps and make choices that will show others that you care about them and to help stop the spread of this pandemic. “And whatever you do, in word or in deed, do everything in the name of the Lord Jesus, giving thanks to God the Father through him.” (Colossians 3:17) If you find yourself struggling to change your actions from “business as usual” to practicing social distancing, wearing a face mask and washing your hands frequently, offer up your discomfort for someone who is sick or for the family who just lost a loved one to COVID-19. Remember, it’s not about you…it’s about the Other.

No se trata de Ti, se trata de cuidar al Prójimo

Por S. E. Mons. James A. Tamayo, Primer Obispo de la Diócesis de Laredo.

Por más de seis meses, hemos estado luchando contra la pandemia del Coronavirus.  Nuestra vida se ha puesto patas arriba, y las consecuencias para algunos han sido tremendamente dañinas hasta el grado de ser mortíferas. La tasa de mortalidad en la Diócesis de Laredo sigue siendo alta.  En medio de esta turbulenta situación ha habido quienes denieguen la gravedad de la situación y que no se acatan a las medidas impuestas por las autoridades nacionales y municipales.

Entre nosotros, hay quienes dicen “soy fuerte, a mí no me va a pegar el COVID.” Otros piensan, “aunque me enferme, me voy a reponer dentro de poco.” Si usted, así piensa, le sugiero que recapacite y reflexione seriamente sobre su postura. No se trata de TI...se trata de cuidar al prójimo.  ¿Tiene usted parientes mayores o amigos con serias condiciones que afectan su salud?  Sus amigos y compañeros de trabajo a lo mejor son jóvenes y gozan de buena salud, pero si usted inconscientemente los contagia, ¿sabe usted si los que viven en la casa con ellos también son fuertes y saludables?

Usar la mascarilla no tiene nada que ver con la inmunidad personal de uno.  Es una manifestación de amor y consideración que demostramos hacia los demás porque los queremos cuidar.  Todos los de nuestro entorno familiar, comenzando con nuestros abuelos e incluyendo nuestros amigos y compañeros de trabajo merecen semejante consideración.  Nuestra conducta como cristianos debía de ser guida por el amor de Cristo Jesús, sobre todo en estos tiempos tan extraordinarios.  El evangelista nos dice “Este mandamiento les doy: que se amen los unos a los otros.” (Juan 13:34) Nosotros podemos manifestar nuestro amor cristiano actuando con prudencia y acatándonos a las advertencias y disposiciones de las autoridades civiles y del departamento de sanidad.

Durante los últimos meses, hemos tenido que enfrentarnos con la realidad de que Dios quiere que seamos miembros responsables de la sociedad.  Si queremos volver a una vida más normal pronto, es imprescindible que evaluemos si nuestro modo de vivir nos va a ayudar a atajar los problemas que actualmente nos impiden llegar a esa meta.  Para evaluar si su modo de actuar tiene merito o si es perjudicial, pregúntese si conducta está basada en el amor al prójimo.  No se trata de TI...se trata de cuidar al prójimo.

Nuestros médicos, enfermero(a)s y otros que trabajan en el campo de la medicina están trabajando incansablemente para cuidar a los que están enfermos.  Actualmente, están agotados – no tanto porque no disponen de tiempo libre – sino porque emocionalmente les cuesta tener que cuidar a diario a pacientes que ellos mismos saben, no tienen posibilidad de mejorarse.  Muchos han sufrido la muerte de seres queridos súbitamente, y están traumados y sin poder resignarse al hecho de que no pudieron acompañarlos en su agonía ni darles el último adiós.

Dejemos a un lado consideraciones políticas, y veamos el dolor y el sufrimiento que se han apoderado de nuestras comunidades.  Comprométase a tomar las medidas necesarias y a actuar de una manera que da testimonio a los demás que usted se preocupa por el bienestar del prójimo y que usted va a ser todo lo posible para que esta pandemia se disminuya.  “Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el padre por medio de El.” (Col 3:17)  Si usted encuentra que le incomoda tomar las medidas necesarias es decir practicar el distanciamiento social, usar cubrebocas, lavarse las manos con frecuencia, ofrézcale al Señor ese pequeño sacrificio por algún enfermo por alguien que acaba de perder a un ser querido a causa del Coronavirus.  Recuerde: No se trata de TI...se trata de cuidar al prójimo.